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La nueva (e inesperada) liga diseñada como inversión

Hola, soy Aldo Sales, y esto es Playbook, el newsletter con las historias más relevantes sobre los negocios, decisiones y gente clave que mueven los hilos del deporte mundial.

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Leer este artículo te tomará: 4 minutos

Si lees este artículo podrás responder las siguientes preguntas:

  • ¿Por qué los fondos de private equity están invirtiendo tanto en el deporte?

  • ¿Cuáles son los 2 principales factores que hacen al deporte una inversión anti-crisis?

  • ¿Por qué la Pro Volleyball Federation cumple todos los requisitos para ser una gran inversión en el deporte?

  • ¿Qué han logrado hasta el día de hoy, antes de siquiera arrancar?

Ahora si…

El día de hoy arranca una nueva liga deportiva que nace como una alternativa asequible para aprovechar la gran oportunidad de negocio que representa el deporte y que, replicando el modelo de crecimiento que ha impulsado a otras ligas, pudiera convertirse en el vehículo sobre el cual el deporte femenil gane el terreno que necesita.

El valor del deporte como un asset class competitivo se ha hecho evidente en los últimos años. Ya no se trata sólo de billonarios invirtiendo en sus equipos favoritos para ser dueños de su hobby, sino de fondos de private equity e incluso fondos soberanos apostando por un activo que no sólo no guarda correlación con el mercado de valores, convirtiéndolo en un refugio anti-crisis cuya demanda es parecida a productos de primera necesidad, sino que también ha logrado retornos considerablemente superiores al S&P 500.

Es por eso que en una industria (deportiva) que se espera llegue a valer más de $830 mil millones de dólares para 2030, existen grandes jugadores como los fondos CVC Capital Partners, Apollo Global Management, RedBird Capital Partners, entre otros, que tan solo en el 2021 inyectaron poco más de $50 mil millones de dólares a la industria a nivel mundial, propiciando la construcción de infraestructura, contratación de jugadores, y elevación de los valores de derechos de TV, entre muchos otros beneficios. Y es que han entendido muy bien dos cosas:

  1. La mayor parte de los ingresos de ligas o equipos deportivos viene de contratos a largo plazo (TV, por ejemplo), lo que los blinda financieramente ante variaciones en precios o demanda o, por ejemplo, pandemias en que los estadios se quedan vacíos.

  2. La oferta (de equipos o ligas), por más que crezca, seguirá siendo limitada ante una demanda que crece cada año, lo que hace que el valor del activo se mantenga a la alza.

Así que ante una oportunidad de ingreso seguro y cuya plusvalía supera a la mayoría de alternativas, era natural que se dejaran venir los grandes capitales internacionales.

Según PitchBook, estos fondos ya tienen una participación valuada en $234 mil millones de dólares en 63 equipos profesionales en Estados Unidos, siendo la NBA, la MLB y la MLS las ligas que más capital han recibido. Lo que me lleva a hablar de la nueva oportunidad.

Si son tan buena inversión, inventemos más

Si, muy buena inversión y todo, pero la limitada oferta (y los altos tickets) presenta un reto y es que no hay espacio para todos l@s que quieren invertir, así que había que crear un nuevo producto, de menor precio pero similares expectativas de crecimiento.

Entran las ligas deportivas emergentes.

La industria global del streaming estará creciendo a ritmos de 20.9% anual por, al menos, los próximos 7 años, mientras que el mercado de las redes sociales hará lo propio a un ritmo de 34% anual.

¿Qué pasa si juntamos estos dos elementos y los sumamos a la nueva demanda de productos deportivos dictada por la generación Z?

Dave Whinham y Stephen Evans le dieron al clavo.

El día de hoy da inicio la primer temporada de Pro Volleyball Federation, la nueva liga de volleyball femenil que fundaron justo cuando este deporte demuestra que ya pasó la época en que podía ser ignorado. Se trata del 3er deporte colegial más visto en Estados Unidos sólo después del Futbol Americano y Basquetbol (ambos varoniles), y ha sido capaz de romper el récord de asistencia en deportes femeniles, metiendo a más de 92 mil personas en un estadio y logrando una audiencia televisiva de 518 mil. Y si hablar de buen timing se trata, al día de hoy:

  • El volleyball colegial femenil ha crecido más de un 120% desde 2019

  • El 84% de los fans deportivos dicen estar interesados en deporte femenil

  • El 63% de los millenials y generación z están dispuestos a apoyar (y comprar) marcas que patrocinen al deporte femenil.

Y mi punto favorito: el volleyball es el único deporte femenil que está por encima de su versión varonil en popularidad.

Y en el diseño de la estructura de la liga no se arriesgaron, y siguieron el que parece ser el playbook perfecto:

  • Los equipos son propiedad de inversionistas externos (arrancan con 7 y crecerán hasta 28).

  • Los ingresos de la liga se reparten entre todos los equipos.

  • Cuentan con inversionistas famosos como Joe Burrow, Jason Derulo y Kerri Walsh Jennings.

Si la receta funciona, hay que replicarla.

Aunque todavía no se juega un minuto de la liga, el retorno para quienes están involucrados promete ser interesante y es que ya pueden presumir los siguientes resultados:

  • Ya firmaron un contrato con CBS, Bally y Stadium para la transmisión de sus partidos en TV y streaming.

  • Algunos equipos tienen vendidos hasta 5 mil abonos de temporada en su estadio.

  • Sus jugadoras suman un total de 8.4 millones de seguidores en redes sociales.

En pocas palabras, es un producto que hace sentido y que encaja en una oportunidad de mercado que no había sido atendida, lo que atrae capital de inversionistas, medios y patrocinadores para, por ejemplo, poder ofrecer un sueldo mínimo garantizado de $60 mil dólares anuales a cada jugadora y atraer entonces al mejor talento. Aquí si se puede.

Falta ver cómo es adoptada por los y las fanáticos, pero todo indica a que el volleyball femenino, a partir de hoy, se puede convertir en el siguiente gran negocio del deporte.

La opinión de Playbook

La transición del concepto de inversión en el deporte de algo “por pasión” a algo que verdaderamente hace sentido financiero y comercial no hará más que profesionalizar aún más la industria y crecer su atractivo ante nuevos inversionistas que, en consecuencia, crecerán los valores de las propiedades y, sobre todo, empujarán a los participantes de la industria a innovar y mejorar su oferta.

O sea, todos ganan.

Pero lo que es cierto también es que todo esto sucede todavía de manera muy concentrada en Estados Unidos y, a veces, en Europa. ¿Y Latinoamérica? el primer paso será disminuir el 54% del valor del mercado total deportivo que representa el futbol (por no decir, una liga del futbol) en algunos países como México.

Y para eso, debe haber incentivos.

Y tú, ¿qué opinas?

Gracias por estos 4 minutos, ¡nos vemos la próxima!

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