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World Padel Tour: La historia detrás de su desaparición

Conoce cómo Premier Padel se está apoderando del Padel profesional

Hola, soy Aldo Sales, y esto es Playbook, el newsletter con las historias más relevantes sobre los negocios, decisiones y gente clave que mueven los hilos del deporte mundial.

World Padel Tour: La historia detrás de su desaparición

Leer este artículo te tomará: 5 minutos

Si lees este artículo podrás responder las siguientes preguntas:

  • ¿Cómo fue que el World Padel Tour logró consolidar al Padel como deporte profesional?

  • ¿Cuáles fueron los errores que cometió y que aprovecharon los Catarís para superarlos?

  • ¿Qué es lo que ha logrado Premier Padel en sólo un año de operación?

  • ¿Cómo será la nueva etapa del Padel profesional que arranca en 2024?

Ahora si…

Durante 10 años el World Padel Tour consolidó al Padel como deporte profesional, pero gracias a las malas decisiones que la condición de monopolio puede provocar, acaban de perder la batalla contra los catarís justo cuando el tamaño del mercado está por duplicarse y, a partir del año que entra, no existirán más.

El Padel es el deporte de mayor crecimiento a nivel mundial, generando un mercado valuado hoy en $2 mil millones de euros y con expectativas de duplicarse para 2028. Siendo un deporte mayormente social, la categoría de circuitos profesionales y todo lo que implica (patrocinadores, boletaje, eventos, etc) ocupa una posición aún pequeña, valuada en $50 millones de euros que, prácticamente, han sido construidos por un circuito que fundó la empresa cervecera Estrella Damm en 2013: el World Padel Tour (WPT).

En sus 10 años de operación, el WPT, que opera bajo sus propias reglas y que no está sancionado por la Federación Internacional de Padel (FIP), ha logrado:

  • 26 torneos anuales

  • 14 países sede

  • 510 hombres y 317 mujeres participantes

  • 17 patrocinadores globales

  • 150 países en donde se transmiten sus torneos

Nada mal. Pero, lo más importante es que, aunque no fue el primer circuito profesional, si fue el que logró consolidar al Padel como deporte profesional, del que emergieron las grandes figuras que existen hoy y que atraen cada vez más ojos. Sin embargo, el hecho de ser el único jugador en un negocio en pleno desarrollo los llevó a ver el mismo desde la perspectiva de quien lidera un monopolio, descuidando al elemento más importante de todos: los jugadores.

Y por esa cuarteadura se metieron los catarís.

Como buen estado árabe, Catar tiene un fondo de inversión llamado Qatar Investment Authority (QIA) que, con fondos gubernamentales, tiene participación en la mayoría de las empresas relevantes del país, una de ellas Qatar Sports Investments (QSI), fundada en 2005 y presidida desde 2011 por Nasser Al Khelaifi, un ex-tenista y reconocido empresario catarí que también es presidente del Paris St. Germain, de la Federación Catarí de Tenis y de beIN Media Group, entre otras.

La inversión más conocida de QSI es, sin duda, el equipo parisino de futbol que no les ha dado las mayores satisfacciones últimamente, pero ahora se une al portafolio una que se parece mucho a las que han hecho en años recientes sus correligionarios del Public Investment Fund de Arabia Saudita. Se trata de una inversión por medio de la cual no pretenden ocupar un lugar en la mesa de algún deporte o alguna liga, sino adquirir por completo el deporte haciendo a un lado a los jugadores actuales.

Apenas en 2022, en conjunto con la FIP y una nueva asociación de jugadores llamada PPA, lanzaron un nuevo circuito profesional de padel llamado Premier Padel que, tras sólo un año de operación, había logrado convertirse en uno de los circuitos deportivos de más rápido crecimiento en el mundo, con los siguientes números:

  • 500 jugadores participando

  • contratos de transmisión para más de 180 países

  • alcance de 150 millones de casas

  • 22.7 millones de views en Youtube

Habían llegando, con mucho dinero, a construir sobre lo que había logrado el WPT y, sobre todo, a corregir aquello que podía convencer a los jugadores para migrar de circuito.

¿A qué me refiero?

Fueron dos los factores que determinaron el fin del WPT.

El primero es que en 2018, el WPT había orillado a sus jugadores a firmar de manera individual un contrato de exclusividad por 5 años, por medio del cual no podían competir en ningún otro circuito, y bajo el cual mantenían a los padelistas compitiendo en sus torneos y cobrando bolsas realmente bajas.

Los torneos que más dinero repartían de cada circuito en 2022:

  • WPT (el World Master Final): $17 mil euros a cada jugador de la pareja campeona

  • Premier Padel (un Major): $47 mil euros a cada jugador de la pareja campeona

El segundo es que, tras demandar por $25 millones de euros colectivamente a los jugadores que no cumplieron dicho contrato, y sintiéndose amenazados por la competencia de Premier Padel, el WPT decidió, a finales de 2022, incrementar casi 5x el tamaño de las bolsas a repartir entre sus jugadores (¿no que no había lana?) con la condición de que firmaran un contrato de adhesión al circuito (una especie de pacto de lealtad), por lo que si un jugador decidía no firmar dicha exclusiva entonces no cobraría lo mismo que quien si la había firmado, incluso si era su propia pareja de dobles. O sea, “si tengo dinero suficiente y te lo voy a dar sólo si me vendes tu alma”.

Ahí se acabó todo.

En mayo de este año se anunció que Premier Padel había llegado a un acuerdo con Estrella Damm para absorber la operación del WPT y fusionarlo en un solo circuito mundial llamado, obvio, Premier Padel.

La semana pasada se llevó a cabo el último torneo del WPT en México y justo esta semana se debería estar jugando un Major de Premier Padel en Acapulco que, por la lamentable destrucción que dejó el paso del huracán Otis, tuvo que ser cancelado.

Será el 2024 el inicio de una nueva etapa para el padel profesional, mientras existen 25 millones de personas que juegan el deporte en 110 países, un número 56% mayor que lo que se tenía hace 2 años.

Va con todo.

La opinión de Playbook

Atrás se quedó la época donde las barreras de entrada a una industria eran tan altas que los monopolios eran cosa normal y la competencia hasta sonaba insultante. Ésto, la competencia, es de lo mejor que puede existir en una economía de mercado como en la que vivimos porque obliga a los jugadores a mejorar, punto. Y el WPT lo aprendió a la mala.

Pero también sería injusto no reconocer el valor que agregó esta organización al deporte. Construyó con mucho esfuerzo una base sólida que es justamente la que aprovecha ahora su competidor para simplemente hacer los ajustes necesarios y quitarle el negocio. Así es esto.

Creo que la clave, a final de cuentas, es reconocer a los jugadores como las piezas fundamentales de cualquier liga deportiva y, en vez de obligarles a quedarse, crear la estructura que los motive a seguir y que la lealtad no sea obligada sino natural.

Y tú, ¿qué opinas?

Gracias por estos 5 minutos, ¡nos vemos la próxima!