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¿Por qué los futbolistas hoy son más caros que nunca? (no es la inflación)

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Hola, soy Aldo Sales, y esto es Playbook, el newsletter con las historias más relevantes sobre los negocios, decisiones y gente clave que mueven los hilos del deporte mundial.

¿Por qué los futbolistas hoy son más caros que nunca? (no es la inflación)

Por José Ramón Muñoz

Leer este artículo te tomará: 5 minutos

Si lees este artículo podrás responder las siguientes preguntas:

  • ¿Cuáles son los principales factores que han incrementado el precio?

  • ¿Cómo se comparan los precios actuales con los de fichajes de estrellas en el pasado?

  • ¿Qué papel juega el storytelling en el precio de un futbolista?

Ahora si…

El precio de los futbolistas ha llegado a niveles históricos, y detrás de él hay una serie de factores relacionados con economía, marketing, manejo de información, e incluso storytelling, de los cuales hay mucho que aprender.

El mercado del futbol ha experimentado una transformación notable en los últimos años, reflejada en el vertiginoso ascenso de los precios de los jugadores. Un buen ejemplo de esta tendencia es el reciente fichaje del mediocampista inglés Jude Bellingham por el Real Madrid, proveniente del Borussia Dortmund por la impresionante cantidad de $103 millones de euros (o hasta $133 millones si se cumplen ciertas condiciones en el contrato).

Vamos a contrastarla un poco:

  • Monto del fichaje de Jude Bellingham en 2023: $103 millones de euros

  • Monto del fichaje de Luka Modric, Toni Kroos, y Casemiro JUNTOS hace casi una década: $66 millones de euros.

El Real Madrid armó uno de los mejores mediocampos con solo 66 millones de euros. EFE

Otro claro ejemplo es el del juvenil brasileño de 16 años de edad, Estêvão, mejor conocido como ‘Messinho’, de quien se habla podría ser adquirido por el Barcelona o el mismo Real Madrid por hasta 60 millones de euros.

Este cambio radical plantea preguntas fundamentales: ¿Por qué los jugadores han adquirido tal valor en la actualidad? ¿Qué fuerzas impulsan esta escalada de precios? Para comprender plenamente este fenómeno, es imperativo estudiar una serie de variables interrelacionadas:

  • Menor discreción en negociaciones

    En décadas pasadas, los tratos entre clubes y jugadores podían llevarse a cabo discretamente, sin la exposición mediática que caracteriza a la era actual. Sin embargo, en la época de las redes sociales y el periodismo moderno, la transparencia es inevitable. La información sobre un jugador disponible en el mercado se propaga rápidamente, generando una competencia feroz entre los clubes interesados y, por ende, un aumento en los precios.

  • Aumento en ingresos de clubes

    Una mayor comercialización de publicidad, el incremento en los precios de las entradas y el crecimiento en valor de los derechos de TV, así como la entrada de nuevas empresas en el mercado, han inflado los presupuestos disponibles para fichajes.

  • Creciente interés por fichar a jóvenes promesas

    A diferencia del pasado, donde se priorizaba la adquisición de jugadores consolidados, hoy en día existe una predilección por el potencial a largo plazo. Esta mentalidad conlleva un mayor apetito por el riesgo financiero, ya que los clubes están dispuestos a invertir sumas significativas en jugadores jóvenes con la esperanza de obtener retornos duraderos.

Aun así, es importante destacar que, aunque se percibe un incremento en los precios de los jugadores, cuando éstos se ajustan por la inflación, este aumento puede ser menos significativo de lo que se presume. Los jugadores de élite, que en el pasado alcanzaron sumas considerables, mantienen una comparabilidad relativa con las cifras actuales.

Zinedine Zidane se convirtió en 2001 en el jugador más caro de la historia. Real Madrid

Un claro ejemplo de esto es el del francés Zinedine Zidane, quien en 2001 pasó de la Juventus al Real Madrid por la en ese entonces cifra récord de $77 millones de euros, pero si tenemos en cuenta la inflación, ese precio ahora sería de $123 millones de euros, casi el doble.

Sin embargo, esto aplica casi exclusivamente a las transferencias de jugadores de élite, pues en las más recientes ventanas de fichajes se han llevado a cabo operaciones por jugadores que, ya sea ante la opinión pública o con estadísticas en mano, no “valen” todo lo que se ha pagado por ellos.

Una vez analizados estos puntos, es cierto que variables como la oferta y la demanda, la inflación, el incremento de la transparencia e incluso el aumento en el interés por jugadores jóvenes, son variables más “tradicionales” en el mundo del futbol y de la misma economía al momento de buscar razones del aumento del precio de los futbolistas.

Sin embargo, de unos años para acá hemos sido testigos de un fenómeno que también está ejerciendo su influencia sobre la materia.

¿A qué me refiero?

A la oleada de nuevos propietarios con una abundancia de recursos financieros. Estos inversionistas, a veces sin un trasfondo en el futbol, están dispuestos a desembolsar cantidades extraordinarias sin consideraciones tradicionales de rentabilidad. Todd Boehly, el polémico y criticado empresario estadounidense que compró al Chelsea inglés, es el ejemplo perfecto de ello, pero también podríamos mencionar a los jeques árabes, oligarcas rusos, millonarios griegos y demás magnates de mercados poco tradicionales en el futbol.

Y a esta inyección quasi infinita de dinero que no busca precisamente la rentabilidad, se le une un poderoso complemento: la habilidad de los clubes y los agentes para crear narrativas convincentes en torno a los jugadores influyendo en la percepción de su valor. Estrategias de marketing efectivas pueden elevar la cotización de jugadores menos destacados, generando un efecto inflacionario en el mercado. Para ejemplificar esto, no hace falta ver más allá de clubes como Borussia Dortmund o Benfica, expertos en comprar a bajo costo y vender a alto precio. Hay quien cree que los jugadores fichados por estos clubes no siempre son tan buenos como se espera, pero sus equipos saben muy bien cómo promocionarlos, como también pasa con ciertos agentes que pueden convencer a cualquier institución de pagar cualquier cantidad.

Y, bueno, la búsqueda desenfrenada por la excelencia deportiva también ha llevado a un aumento en los precios solicitados por los clubes vendedores. Equipos que anteriormente estaban dispuestos a ceder talento emergente por sumas moderadas ahora exigen compensaciones sustanciales desde el principio, anticipando una revalorización inmediata en el mercado. La venta del brasileño Endrick al Real Madrid por 70 millones de euros de parte del Palmeiras, cuando apenas tenía 15 años, es una clara muestra de esto.

En medio de esta vorágine financiera, algunos abogan por una regulación más estricta del mercado de fichajes. Propuestas como establecer topes en los precios de transferencia podrían ofrecer una medida de estabilidad y equidad en un panorama cada vez más desequilibrado.

En resumen, el incremento exponencial en los precios de los jugadores de futbol obedece a una variedad de factores, desde la dinámica de oferta y demanda hasta la influencia de nuevas corrientes financieras y estratégicas en el deporte. Mientras los clubes y los agentes continúen innovando y adaptándose a este entorno cambiante, el debate sobre la sostenibilidad y la equidad en el mercado futbolístico persistirá como una conversación crucial en el mundo del deporte.

La opinión de Playbook

Todo, absolutamente todo en el mundo del entretenimiento, ve su valor moverse en función del número (y a veces, tipo) de ojos que lo ven y consumen. Y eso es lo que está pasando con los futbolistas quienes, a final de cuentas, son los principales actores en la industria global del entretenimiento deportivo.

Claro, ya lo veíamos, hay una serie de “palancas” que impactan en mayor o menor medida el desempeño del valor de cada producto, pero si hay una que hace a las demás alinearse es la de la reciente explosión en el número de impactos al que estamos expuestos a través de los distintos medios de comunicación y redes sociales.

Ahora, ¿se trata de una burbuja? ¿se llegará a una brusca corrección en el mercado? ¿las nuevas generaciones traspasarán dicho valor hacia otro tipo de “actores”?

Los siguientes 10 años nos lo dirán.

Y tú, ¿qué opinas?

Gracias por estos 5 minutos, ¡nos vemos la próxima!

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