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El nuevo negocio que la Fórmula 1 prueba en Las Vegas 🏎️
Conoce la razón por la que la Formula 1 es una empresa de propiedad intelectual
Hola a todos! Soy Aldo Sales, y esto es Playbook, la newsletter con las historias más relevantes sobre los negocios, decisiones y gente clave que mueven los hilos del deporte mundial.
El nuevo negocio que la Fórmula 1 prueba en Las Vegas
Si lees este artículo podrás responder las siguientes preguntas:
¿Por qué la Fórmula 1 es una empresa de propiedad intelectual?
¿Cómo piensan hacer escalable el negocio con un calendario que no puede crecer mucho más?
¿Por qué la venta no está resultando como se esperaba?
¿Cual pudiera ser el riesgo principal al ejecutar este nuevo modelo de negocios?
Ahora si…
Desde que Liberty Media tomó el control de la Fórmula 1 en 2016, el negocio, la popularidad y el tipo de fanáticos de este deporte cambiaron por completo. Su enfoque “digital first” les ha permitido reducir la edad promedio de los fans, llegar a un mercado desatendido, y posicionarse como un producto de entretenimiento y no sólo deportivo.
Pero, y ahora ¿cómo capitalizar el explosivo crecimiento que ha tenido?
La Fórmula 1 es, en muchos sentidos, una empresa de propiedad intelectual cuyo negocio es el del licenciamiento de su marca a promotores que invierten para operar las 23 carreras del calendario en los 21 países en donde el circuito tiene presencia. De esta manera, se hace de poco más de $700 millones de dólares en fees pagados por los promotores y que van de los $15 a los $55 millones de dólares por carrera. Nada mal si se considera que, bajo este modelo, el riesgo y los costos operativos son conservadores. Pero, ¿a quién le emociona ser “conservador”? A la Fórmula 1, definitivamente, no. Es por ello y considerando que la escalabilidad del negocio estaba topada, que decidieron probar un nuevo modelo de negocio con el objetivo de maximizar su ingreso y comerse un pedazo del pastel que habían entregado a sus promotores.
Habiendo invertido poco más de $500 millones de dólares para producir la primera carrera en Las Vegas desde 1982 en que se celebró por última vez un Gran Premio en el estacionamiento del Caesars Palace, la Fórmula 1 se avienta al ruedo ahora como promotor, siendo este evento el único que opera la empresa completamente. Y la matemática es simple si vemos que el Gran Premio de México tiene ingresos cada año de aproximadamente $700 millones de dólares, los mismos que la F1 recibe de todas las carreras juntas, y aunque lo que realmente debe importar es el margen de utilidad que representa cada modelo de negocio, la Fórmula 1 se dio cuenta que así puede abrir una nueva línea de negocios que le permita cobrar en ambos lados, el de promotor y el de licenciante, ya que en palabras de Greg Maffei, CEO de Liberty Media, “este es un ejercicio que podría replicarse en otras ciudades incluso en un esquema de co-promoción”.
Y aunque suena sencillo, este experimento se trata de una apuesta riesgosa en la que, hasta el día de hoy, no parece estarles yendo como esperaban.
El evento, como en todos los países, representa un gran negocio para la ciudad anfitriona y es que la derrama económica para Las Vegas está calculada en $1.7 mil millones de dólares, adicional a los $100 millones en impuestos que se esperan sean generados por diversos servicios alrededor de la carrera, monto que casi triplica el ingreso proyectado por el próximo Super Bowl a celebrarse en el Allegiant Stadium. Por ello, las autoridades han estado dispuestas a conceder todo tipo de permiso, casi sin chistar, desde la tala de los árboles que enmarcaban la fachada del Bellagio para poder instalar gradas, hasta el de cerrar innumerables vialidades para la instalación, construcción y repavimentación, provocando que los locales sean los principales afectados teniendo que hacer hasta 2 horas para llegar a su trabajo o incluso ver decrecer las ventas de sus negocios aledaños a lo que será la pista en hasta un 15%. U otra, ¿sabías que aún no tienen claro cómo le harán los empleados de hoteles y casinos para entrar y salir de su trabajo una vez que la pista se abra?
Lo que es un hecho es la primera edición siempre será difícil y más si se trata de algo tan grande, y aunque la probabilidad de que esta carrera se convierta en evento deportivo de alta relevancia a nivel mundial es alta, hoy por hoy el éxito no está asegurado y el riesgo comercial es una realidad.
¿A qué me refiero?
En cuanto salieron los boletos a la venta, se convirtió en la carrera más cara del mundo con $2 mil dólares de precio para su boleto más barato, comparado con los $650 dólares en promedio que cuesta uno para la edición mexicana. Esto, acompañado de tarifas hoteleras que crecieron en hasta 300% y paquetes que parecerían impagables por no ser que se están vendiendo, han hecho que la audiencia se reduzca únicamente a un perfil muy especial de turistas extranjeros y que la venta no avance a la velocidad que se esperaba.
Hoy, algunos meses después del lanzamiento y a escasas horas del arranque del evento, no han logrado el sold-out e incluso han visto los precios desplomarse en hasta un 60% tanto de boletos como de hospedaje, por lo que la sobre estimación de la demanda y la pérdida de un 8% de televidentes en la presente temporada por lo “aburrido” que les parece a muchos fans el dominio de Verstappen y lo poco que deja en juego para los demás, hacen que el experimento de la Fórmula 1 en Las Vegas sea un auténtico reto comercial que probará si pueden tener éxito como promotores o si les conviene mejor quedarse como licenciantes enfocándose en crecer el valor de su marca como lo han hecho tan bien en tan poco tiempo.
La opinión de Playbook
Siempre he aplaudido la intención de empresas consolidadas de intentar cosas nuevas, así que ésta no puede ser la excepción. Me parece que, aunque ha habido un sinfín de quejas y preocupaciones alrededor de esta carrera, el éxito llegará más pronto que tarde y el contrato que tienen firmado por 10 años con las autoridades de la ciudad será sólo el inicio de una carrera relevante en el calendario, y no me refiero a su relevancia desde el lado de la competencia automovilística sino del espectáculo que la Fórmula 1 es.
Lo importante será que este nuevo perfil de la Fórmula 1 como promotor no acabe canibalizando su negocio de fees al representarles a sus promotores afiliados una competencia dispareja. No pueden sacrificar la mayoría de sus ingresos por un experimento.
Me atrevo a pensar que esta carrera será la primera en que la Fórmula 1 se muestra como una empresa mayormente de entretenimiento y no tanto deportiva, y eso no necesariamente es algo malo.
Y tú, ¿qué opinas?
Gracias por estos 5 minutos, ¡nos vemos la próxima!